martes, 11 de enero de 2011

Terrorista salvadoreño Francisco Chávez Abarca

El terrorista salvadoreño, Francisco Chávez Abarca, confesó haber sido reclutado por Posada Carriles para atentar contra Cuba. (Foto: Cubadebate)






El terrorista salvadoreño Francisco Chávez Abarca, durante el juicio que se le siguió en Cuba y en el cual se le dictó condena de 30 años de prisión, aportó con su testimonio nuevas revelaciones sobre el prontuario criminal de Luis Posada Carriles y sus intentos de asesinar al líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro.
A través de un documental, la televisión cubana mostró escenas del juicio a Chávez Abarca, quien confesó haber sido una marioneta del terrorista Posada Carriles, quien le reclutó en El Salvador para preparar una serie de atentados en La Habana, la capital cubana.
Chávez Abarca admitió que Posada Carriles, quien enfrenta un juicio en Estados Unidos sólo por delitos de inmigración, le encomendó colocar bombas en centros turísticos de la isla en 1997.
Posada Carrilles, de quien Cuba y Venezuela reclaman su extradición desde Estados Unidos por su responsabilidad sobre varios atentados y crímenes, estuvo presente mientras se preparó el material explosivo que se usó en los atentados en la capital cubana, según relató el terrorista salvadoreño.
"Fui una marioneta de Posada Carriles, por la edad, por la información, por inmadurez, y de eso él se valió", admitió el acusado durante su comparecencia ante el tribunal cubano que lo juzgó el 20 y 21 de diciembre pasado.
Además, durante el juicio, Chávez Abarca relató que Posada Carriles también intervino para esconder, con sus propias manos, el explosivo plástico C-4 en un televisor que transportaría a La Habana otro terrorista: Raúl Cruz León.
Ese mismo material explosivo, en el hotel cubano Copacabana, provocó la muerte del joven turista italiano Fabio di Celmo, el 4 de febrero de 1997.
Mencionó que otro cómplice salvadoreño en los atentados de La Habana fue José Ramón Sanfeliú, su jefe en el taller Moldtrok, la empresa donde trabajaba en El Salvador cuando fue reclutado por el terrorista Posada Carriles.
De acuerdo con Chávez Abarca, Sanfeliú fue el encargado de presentarle a Posada Carriles, de quien también dijo que le invitó a viajar a Panamá para participar en el complot que desarrollaba con el objetivo de asesinar al líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro.
Pese a estas revelaciones, Posada Carriles sólo será enjuiciado en Estados Unidos bajo las acusaciones de fraude, obstrucción de procesos, perjurio y falsas declaraciones por presuntamente mentir a funcionarios de Estados Unidos durante los interrogatorios de petición de asilo político y de ciudadanía, después de haber entrado en el país como indocumentado en 2005.
El terrorista salvadoreño fue apresado en Venezuela en julio pasado, país suramericano al que se dirigió para iniciar una fase de atentados con el objetivo de desestabilizar las elecciones parlamentarias que más tarde se celebraron el 26 de septiembre.
A lo confirmado por Chávez Abarca se suma el hecho de que Posada Carriles confesó, en una entrevista con un diario estadounidense, ser el autor intelectual de la voladura en pleno vuelo de una aeronave de Cubana de Aviación en 1976, acción que costó la vida de 73 personas.
Además de Posada Carriles, la autoría material del hecho, conocido como el Crimen de Barbados, se atribuye al cubano Orlando Bosch, quien estuvo encarcelado en Venezuela por este atentado y salió libre en 1988.

A más de 30 años del crimen, los autores de este hecho no han pagado por su crimen, gracias a que Bosch fue indultado en 1990 por el Gobierno estadounidense. Actualmente vive en Miami, Florida, Estados Unidos.

La extradición de Posada Carriles está siendo reclamada por Venezuela desde el año 2005, cuando fue recluido en una prisión estadounidense en El Paso, Texas, ciudad en la que este martes comienza el juicio en su contra.


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