martes, 15 de noviembre de 2011

Los dimas y gestas de la revolución

* Por: Miguel A. Jaimes
Fecha de publicación: 05/11/11 *
Y fueron crucificados justamente al lado de Jesús, a la izquierda quedo
Gestas y a la derecha Dimas, iban acompañados de otros dos que también les
dieron muerte, eran señalados de de ser malhechores. Al llegar al lugar de
la Calavera sus custodios cumplieron lo ordenado, todos fueron
crucificados.

Cuando dejaron de respirar, sus verdugos se repartieron sus ropas,
echando suertes en el saqueo.

Al igual que ayer el pueblo anda mirando como el latrocinio quiere
llegar una vez más. Gobernantes que en un pasado reciente se burlaban de
ellos, diciéndoles: pobres, desmedidos, rufianes. Así, empezaron a pagarles
a quienes les cuidaban lo exótico, para después darles de beber vinagre por
ser pobres, merodeadores de sobras y sorbos ajenos.

La vieja clase dirigente no teme al pueblo, pero desconocen que este
no sintió dolor estando en la cruz y menos reclamaba, aún viviendo en la
condena.

Jesús les recordó que a partir de aquel instante estarían con él, y
este así lo aprendió. Les enseño a citar en la justicia como la guía que
deberían seguir y los llamo a emprender por igualdad y solidaridad.

Cada pueblo, sociedad y país tienen su historia, nosotros nos
aprendimos la nuestra la cual ha sido dura, pero no es pueblo quien se vive
las riquezas de su país, condenando la suerte de sus hijos.

El pueblo jamás dejara que el saqueo llegue de nuevo, empleando la
avaricia de la cual muchos ojos fueron testigos.

Muchos son Dimas y otros Gestas, nadie tendrá su presente empeñado y
el pasado decadente, monstruoso como el aplicado sobre pueblos indefensos
jamás volverá a instalarse en estas regiones.

Defender ideas en un mundo de bajos suspiros queda difícil, pero tener
que recoger el futuro será aún más doloroso.

Defendamos la patria y no la dejemos naufragar en el dolor pasado,
este llegara vestido con perlas, trajes y corbatas, pero es fácil
reconocerles, sus caras son las mismas de cada elección. Y un camello no
entra por el hueco de una aguja.

saguete@gmail.com

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