viernes, 4 de mayo de 2012


NEOLIBERALISMO PRÁCTICO

Por Darío Botero Pérez
1/10

Escuchando a un candidato mexicano a la presidencia, quien posa de sensato
pero cuyo nombre no retuve ni supe a qué partido o movimiento pertenecía,
alcancé a captar ciertos planteamientos sobre algunos temas que hacen parte
de las diversas y abundantes recetas neoliberales que tanto han colonizado
a Chile y Colombia, y que los potentados insisten en aplicarles con toda
profundidad a los países que no las han adoptado plenamente.


 Algunos se habían librado por un nacionalismo obligado, como el que
protegió a México antes de la ofensiva neoliberal que le impuso el Tratado
de Libre Comercio con los tiburones USA y Canadá. Hasta entonces, el país
hermano vivía aterrado y receloso por las aventuras expansionistas de su
vecino sajón, que lo había desmembrado a mediados del s. XIX, de modo que
no estaba muy dispuesto a dejarse esquilmar de nuevo; pero le está
ocurriendo.


 A otros, los más, los protegió en años anteriores su nivel de atraso y su
relativamente escasa importancia geoestratégica que, junto a su debilidad y
la sumisión incondicional de sus gobiernos al Imperio, indujo a éste a
conservarlos como países de reserva.


 En ese entonces, el grado de saqueo de los llamados “recursos naturales”
no había alcanzado la desmesura que ha llevado a la escasez del presente,
cuando no quedan sino los restos y la capacidad de agotarlos es inmensa y
absolutamente demencial.


 Antes no era necesario explotarlos todos. Ni la maquinaria para hacerlo
estaba tan desarrollada. Ni los controles racionales, tan relajados o
“desregulados” como los que les ha impuesto el Neoliberalismo a todos los
países, sobre todo a partir de las ejecutorias del actor presidente, Ronald
Reagan. Ni la pérdida de la soberanía de los países era tan grande y
evidente. Ni los gobernantes, tan títeres. Ni la expansión del sionismo,
tan amplia y desesperada.


 Ni tan apabullante y consolidado se hallaba el Nuevo Orden Mundial de los
potentados, que ha convertido los países en auténticas colonias sujetas a
la autoridad de un gobierno que nadie ha elegido y que las mayorías no
conocen, aunque cada vez las oprime más.


 Se trata del “gobierno mundial en la sombra” que sólo la acción
multitudinaria de los ciudadanos conscientes podrá derrotar, durante la
agonía del sistema consumista y jerárquico que se guía por las
bestialidades del Neoliberalismo.


 Es una tarea indelegable de los pueblos porque a los sionistas y demás
potentados apocalípticos no hay gobierno que se les oponga, no sólo por
cobardía sino porque a todos les sucede lo predicho y observado por lord
Acton en el s.XIX, con suficiente anticipación como para que lo sepamos
todos y dejemos de auto engañarnos con los delirios de los déspotas.


 Lo que afirmó el nobiliado caballero fue que “el poder corrompe, y el
poder absoluto corrompe absolutamente”. Por eso, la única solución radical
y auténtica es que el poder resida en el pueblo pero en ningún
representante, de modo que se ejerza públicamente y con responsabilidad por
todos y cada uno de los ciudadanos que deseen intervenir en los asuntos que
les competen.


 Por tanto -considerando la universal perfidia de quienes anhelan el poder
y lo ejercen despojando a los demás de su sagrado derecho porque,
supuestamente, éstos carecerían de las excelsas cualidades políticas que
aquellos derrocharían por virtud no se sabe de cuál condición innata-, hay
que insistir en que para adelantar los saqueos simultáneos que están en
curso por todo el Mundo, condenando a las mayorías a la miseria eterna al
despojarlas de la biosfera, no interesa cuál sea la ideología con la que
subyugan y fanatizan a los pueblos los impostores que los suplantan en el
gobierno. Como sabemos, algunos son elegidos; y muchos otros, simplemente
impuestos y sostenidos por la fuerza, como el notable criminal Bashar al
Assad en Siria, quien tiene asqueado al Mundo decente.


 Todos los cipayos, así aparenten no serlo y pretendan pasar como
independientes y soberanos, aplican las recetas letales para las mayorías.
Lo hacen con tanta devoción, no sólo como Uribe Vélez, Santos Calderón y
demás vendepatrias criollos en Colombia y el resto del tercer mundo, sino
como Rajoy en España.


 Es que la ofensiva de los potentados (y le ofrezco disculpas por el uso
reiterado de la misma palabra que verá a continuación) ya también acosa a
los países del llamado Primer Mundo, desde que los banqueros sionistas
resolvieron arruinar el Mundo y apoderarse de los países para consolidar su
Nuevo Orden Mundial regido por un gobierno mundial, único y secreto,
controlado por los Rothschild en su condición de grandes y poderosos
representantes del “pueblo elegido”.


 Hasta ahora, en ningún gobierno han encontrado obstáculos reales a su
ambición, a pesar de alguna retórica antiimperialista que algunos creen que
los diferenciará, ante sus pueblos engañados, de los vendepatrias
declarados.


 Pero los potentados depredadores, como los petroleros, los mineros, los
madereros, los que construyen túneles, represas y súper carreteras; los que
tienen como su negocio extinguir especies; los que se apropian de los
monopolios públicos del agua, la energía, las telecomunicaciones, la salud
y la educación, y hasta de la administración de justicia; y, sobre todo,
los que manejan a su conveniencia y antojo el vital y estratégico monopolio
financiero; todos ellos han contando con la complicidad de los gobernantes
traidores a sus pueblos en sus aventuras delictivas contra la Vida y la
Naturaleza y la Humanidad.


 Los vendepatrias insisten en aprovechar su oportunidad de enriquecerse de
cuenta del erario, tanto como mediante los negociados que son propios del
ejercicio del poder, en todos los lugares infectados con el autoritarismo
jerárquico, durante todo el tiempo trasncurrido en lo que conocemos como
Historia.


 Es algo que se ha presentado desde el inicio y como característica del
atroz período, en todas partes, como lo puede corroborar cualquiera, sea a
donde sea que mire, con muy escasas excepciones que tenemos la obligación
de hacer que se conviertan en la regla en la sociedad plana que remplace
las actuales, piramidales y consumistas.


 Dadas las condiciones personales de lobo furioso e inescrupuloso que exige
la lucha por tomarse y mantener el ejercicio del poder, gobiernos probos no
existen ni han existido en las sociedades verticales y despóticas que han
dominado en el período antropológico que estamos obligados a superar. Es
indispensable trascenderlo si no queremos desaparecer con él, como sucederá
debido a la irracionalidad y las ambiciones de quienes han vivido en la
cúpulas de la pirámide social y no están dispuestos a perder sus
privilegios por ningún motivo.


 Quizás haya muy escasas excepciones como, tal vez, el imperio de Mali con
su ejemplar declaración de derechos, que pudo inspirar a los esclavistas
franceses años después; o la Bagdad de Harun Al Rachid, según los relatos
de Las Mil y Una Noches.


 Pero es claro que la repugnante moral histórica, que tan magistralmente
supo exponer Maquiavelo en “El Príncipe”, sólo respeta a los potentados que
no se duerman, pues a los que se duermen o se descuidan los castiga, como a
Silvio Berlusconi o a Dominique Strauss-Kahn.


 El último personaje, impune todavía, ha denunciado con dolor la
maquinación de la que fue víctima en 2011, aprovechando su carencia de
ética y su instinto de sátiro, para arrebatarle la presidencia del FMI a
favor de la abusiva Christine Lagarde.


 Igualmente le arrebataron su oportunidad de aspirar a la candidatura a la
presidencia de Francia, en nombre de un absurdo y falaz socialismo
plutocrático. (Ver anexos “¿Emboscaron a Strauss-Kahn para salvar al dólar?”
, p*or:** **Thierry** **Meyssan,** **y** “**FMI:** **Lamentable** **símbolo*
* **de** **un** **sistema** **capitalista** **y** **patriarcal**”**,** **por
** **Stéphanie** **Jacquemont,** **Damien** **Millet, Eric** **Toussaint y**
**Christine** **Vanden** **Daelen,** **miembros** **del** **Comité** **para*
* **la** **Anulación** **de** **la** **Deuda** **del** **Tercer** **Mundo**
**(CADTM,** **www.cadtm.org** **)*)


 Desde luego, semejante engendro ideológico-político es una caricatura
cínica de lo que tal doctrina significa, como quedó claro en los 1980,
cuando sutilmente los franceses comenzaron a perder su Estado de Bienestar
desde la presidencia de Francois Mitterand, el tocayo y copartidario del
socialista Hollande.


 En la campaña presidencial, éste se perfila como el más probable
triunfador el 6 de mayo de 2012, en la segunda vuelta presidencial contra
el derechista Nicolás Sarkozy, quien es un declarado, desacreditado,
manipulador y no taimado neoliberal, al contrario de los presuntos
socialistas, realmente rabiosos neoliberales. Históricamente, éstos
iniciaron el despojo de las conquistas sociales de los franceses; despojo
que los conservadores han continuado y agudizado consistentemente,
contagiando a quienes los han tomado como modelo o han caido como sus
víctimas.


 En consecuencia, extrapolando las situaciones, tal vez próximamente le
toque beber las amarguras del fracaso al ecocida y fratricida rey de
España, porque los potentados también viven una feroz competencia propia de
los lobos de Tomás Hobbes, de modo que no desperdiciarán la oportunidad de
cobrárselas al diestro personaje criado por el Caudillo Francisco Franco,
quien, para dejarlo como rey de los españoles, le exigió “probar finura”,
como cualquier mafioso de las comunas de Medellín o de las maras del
Salvador, asesinanado a su hermano menor sin mosotrar arrepentimiento.


 Por la misma razón, a Sarkozy no le darán una segunda oportunidad, pues
está demasiado desacreditado, de modo que a los amos del Mundo, para seguir
imponiendo la política neoliberal, les sirve más un falso socialista capaz
de despertar expectativas y adormecer a las masas, como lo están haciendo
los gobiernos demagogos que posan de antiimperialistas mientras les
autorizan toda clase de saqueos a las corporaciones enemigas de la Vida.


 Así está procediendo, para escándalo de los marxistas ortodoxos y
supersticiosos, como cualquier dogmático de cualquier ideología, la
“revolucionaria” Cuba al amangualarse, para destruir el famoso litoral
turístico en busca de petróleo, con la depredadora Repsol que Cristina
Fernández expulsó de Argentina. Ojalá rectifiquen y asuman actitudes
dignas, como la Kirchner o el mismo Evo Morales, quien sigue nacionalizando
monopolios estratégicos. Sólo falta que dediquen a los jóvenes a prepararse
adecuadamente para operar esas empresas, de modo que los politiqueros
ineptos y demagogos no se las roben.


 El indispensable embrutecimiento de las masas amorfas, que invisibilice
los saqueos mágicamente, tal vez, en Francia, Francois Hollande puede
lograrlo, si es que los pueblos siguen viviendo de ilusiones y condenados a
la miseria, pagando lo que se han robado los potentados. Es algo que está
por verse en la medida en que las multitudes conscientes van desplegando su
poder, sin pedirle permiso a nadie y rechazando la impuesta condición de
masas manipulables por toda clase de demagogos.


 2/10

Retornando a las breñas latinoamericanas -a juicio de los depredadores
mortecinos que han causado la crisis definitiva del sistema jerárquico y
consumista, aunque se nieguen a admitirlo y sigan chapaleando para mantener
su hegemonía-, llegó la hora de saquear los recursos del “patio trasero”,
como han considerado los potentados usanos a Latinoamérica y lo postuló
tempranamente James Monroe cuando Bolívar aún vivía, lo cual le permitió al
lúcido y perspicaz libertador denunciar con suficiente anticipación el
trágico destino que nos trazó el naciente Imperio.


 La razón para voltear la mirada a nuestros territorios es que, debido a su
explotación desmedida y torpe, los recursos escasos cada vez lo son más,
aunque el consumismo moribundo los necesita vitalmente para prolongar su
agonía, de modo que los potentados no dudan en acabar con lo poco que queda
para que los balances anuales puedan seguir mostrando saldos en negro; o
sea, utilidades corporativas, así la depredación de la Naturaleza y la
miseria para los pueblos sean crecientes, lamentables y hasta irreparables,
como lo puede sospechar hasta el más simple de los humanos.


 El despojo y la depredación de los recursos naturales se están logrando,
con la complacencia de los vendepatrias, a cambio de divisas sin valor. Ben
Bernanke se las suministra a manos llenas a los potentados para que se
apropien de las verdaderas riquezas que se encuentran en los territorios de
los países, lo cual logran mediante el soborno a sus despreciables
gobernantes.


 Se trata de un desafío que de todos modos es mortal, a no ser que la
Humanidad decente intervenga y lo resuelva sin complejos ni timideces, con
solidaridad e inteligencia, recuperando los recursos o materias primas de
los basureros que agobian las expresiones de vida en todos los escenarios,
en vez de seguir saqueando las entrañas de la Tierra, causando daños
irreparables en términos humanos.


 Esta sería la solución adecuada para sostener unos niveles de consumo
satisfactorios y universales sin necesidad de seguir agrediendo la Madre
Tierra, destruyendo nichos ecológicos y cadenas alimenticias por todo el
planeta mientras le endilgan las graves consecuencias sobre el medio
ambiente al calentamiento global, como lo hace el lacayo carismático y
mentiroso, Al Gore, y los medios de manipulación insisten en difundirlo y
confirmarlo como una verdad no sólo incómoda sino absoluta.


 En su locura plutocrática y parasitaria, los potentados depredadores y
genocidas, auténticas momias insepultas o zombis despreciables que
pretenden robarle a la juventud su oportunidad sobre la Tierra, insisten en
aplazar unos cuántos meses su irremediablemente muerte, que coincidirá con
la de la Historia y permitirá enterrarlos juntos.


 El esperado evento sucederá ya sea porque establezcamos una sociedad plana
y global, obviamente superior a cuantas hemos conocido, basada en la
igualdad esencial de todos, que el mismo Jesús enfatizó contra los
arrogantes de su época, calificándola de condición intrínseca para cada ser
humano como hijo de Dios e independientemente de cuánto dinero o cuánto
poder haya acumulado.


 O ya sea porque los sionistas logren realizar su Juicio Final, que
coincide con la batalla definitiva en Armagedón, profetizada por el apóstol
Juan en el Apocalipsis. La razón para atribuirle tal poder al sionismo es
que las bombas atómicas permiten augurar que una guerra fundada en ellas
sería el acabose definitivo, como claramente lo advirtió Albert Einstein. Y
tanto Israel como su gran colonia en América, USA, además de varios de sus
rivales más encarnizados, poseen semejantes armas de destrucción masiva.


 3/10

Retomando la motivación inicial de este escrito, para evaluar la
imposibilidad de resolver la crisis acudiendo a las recetas
contraproducentes de quienes la han causado, conviene comentar algunos de
los asuntos que percibí en la televisada entrevista con un candidato que
parece independiente y bastante lúcido, a su propio juicio, al menos, o así
quiere ser percibido.


 * Para luchar contra la corrupción propuso eliminar las policías
municipales, remplazándolas por una de ámbito nacional.


 Tal medida desvirtúa el carácter civil de la policía, cuya función debería
ser proteger el orden público y la seguridad física de los ciudadanos,
garantizando el ejercicio de sus derechos a nivel local, fundamentalmente,
lo cual es más fácil cuando quienes ejercen las funciones tienen lazos de
identidad y solidaridad con aquellos que deben vigilar, proteger y educar
en urbanidad y civismo.


 Cuando las asumen personas traídas de otras regiones, sin arraigo donde
ejercen su labor policiva, la suerte de los ciudadanos comunes y corrientes
empeora notablemente.


 Su tranquilidad queda sujeta a las arbitrariedades de individuos ajenos a
la comunidad y a sus demandas de convivencia digna y respetuosa; ignorantes
de las costumbres y de los vericuetos del lugar; sin afectos donde
desarrollan su labor -improductiva, represiva y costosa- en defensa de un
orden social que subyuga a las mayorías indefensas y honradas para proteger
a los patronos de quienes las subyugan. Dichos patronos serían los amos de
todos, tanto de los reprimidos como de los represores y los gobernantes.


 Este tipo de propuestas retrógradas constituyen una manera de diluir las
responsabilidades de los altos jefes políticos y militares, quienes
establecen pactos con los delincuentes mientras plantean falsas soluciones
a los problemas que causan, para que sea imposible resolverlos.


 Además, es corriente que el presunto problema, en sí mismo, sea una
falsedad. Así ocurre, por ejemplo, con la satanización del consumo de
alucinógenos, que es una práctica atávica de la Humanidad pero a cuyos
practicantes actuales se les quiere presentar ante la sociedad como
enfermos, cuando no como delincuentes.


 Es que el Imperio halló en esa inclinación por las sustancias psicoactivas
una fuente inagotable de recursos y de corrupción, capaz de ayudarle en su
campaña de degeneración acelerada de los países para convertirlos en
inviables, fallidos o parias, al condenar a los habitantes a subsistir
acudiendo al crimen, como ha ocurrido con Haití, Afganistán, Albania,
Colombia y México, y está ocurriendo con las naciones centroamericanas a un
ritmo que asusta.


 Se trata de una política estratégica, impuesta por el Imperio usano porque
le proporciona inmensos ingresos ilegales y enorme poder, de modo que
controla el negocio a través de la DEA. Pero sólo le funciona siempre y
cuando la actividad siga tachándose arbitrariamente de ilegal.


 Por tales razones, es imposible que USA, gobernada por la Continuity of
Govermment que controla al títere Obama, admita la despenalización, aunque
muchos de sus ciudadanos sean adictos incurables que no le hacen daño a
nadie, a no ser que se los prive de la satisfacción de su vicio. Y aún en
esas condiciones de escasez artificial, muchos seguirán siendo indefensas
víctimas de una política perversa que les amarga sus vidas al criminalizar
sus gustos y apetitos.


 Con tal deformación de la realidad, los mojigatos sostienen que a los
adictos hay que curarlos o castigarlos, en vez de dejarlos vivir su vida
tranquilamente, como a cualquier otro ciudadano adulto responsable de sus
actos, mientras no dañen a terceros, lo cual no impide prestarles la ayuda
necesaria, cuando la soliciten, a quienes deseen superar sus adicciones por
su propia decisión.


 No se trata de negar que las sustancias sicoactivas pueden ser peligrosas
para la salud, como lo son los deportes de alto riesgo o las armas de
fuego, por ejemplo, sino de reinvidicar el derecho de los adultos a
consumirlas sin interferencias de amargados congénitos que abusivamente se
atribuyen el derecho a controlar las vidas ajenas estableciendo
prohibiciones arbitrarias de conductas que, en sí mismas, no perjudican a
terceros.


 En consecuencia, la arbitrariedad termina postulando delitos sin víctimas,
lo cual es una auténtica aberración para el Derecho y una fuente de
verdaderos delincuentes surgidos al amparo de la medida, como lo vemos con
la proliferación de sicarios y con tantas barbaridades más imputables a la
abusiva prohibición.


 4/10

Volviendo al tema de los abusos de la policía contra los ciudadanos, con
sus argucias, a la hora de rendir cuentas por sus tropelías, los altos
mandos no titubean en asignarles las responsabilidades a los subordinados.


 Así lo ha hecho en Colombia -contando con la colaboración y hasta la
iniciativa del actual presidente Juan Manuel Santos, quien puede resultar
hasta peor-, el peligroso enemigo universal, lacayo impenitente y
persistente como el que más, Álvaro Uribe Vélez, con los escandalosos
casos, entre tantos más, de los “falsos positivos”, de las “chuzadas
ilegales” y de las “fosas comunes”, delitos en cuya ejecución contó con la
complicidad y la iniciativa de su ministro de defensa, el inefable Juan
Manuel.


 Y eso por no profundizar en los desplazamientos y sus aterradoras
consecuencias sobre las familias y el tejido social; ni en la vergonzosa
entrega -con garantías de estabilidad jurídica de sus leoninos privilegios
a los inversores extranjeros-, de nuestros territorios a la voracidad de
los halcones y demás potentados ecocidas, animalicidas y genocidas.


 Cuando no es posible culpar a los subordinados que carecen de iniciativa y
están obligados a obedecer órdenes de sus “superiores”, las
responsabilidades se las endilgan a las estructuras organizativas, cayendo
en posturas supersticiosas que hacen más difícil vislumbrar soluciones
auténticas.


 Pero los corruptos siguen impunes y actuantes, pues todos están
amangualados, y el que no se someta y se corrompa, desaparece de las
estructuras de poder.


 Es algo típico de las sociedades jerárquicas y despóticas que han dominado
en la Historia y que estamos obligados a superar si no queremos desparecer
con ellas. ¡Y su fin está próximo!


 * Extensión del IVA a todos los productos, porque así es más fácil
recaudar los impuestos; y privatización de las conquistas sociales.


 Desde luego, en cuanto al impuesto al valor agregado (IVA), su fácil
recaudo es una forma expedita de garantizar los ingresos del Estado con que
se enriquecen los politiqueros corruptos.


 Pero viola ostensiblemente los principios de equidad, eficiencia y
progresividad que constituyen los criterios liberales para el
establecimiento de impuestos en una sociedad que pretenda ser equilibrada,
de modo que quienes más ganen más habrían de pagar.


 En Colombia se viola tal disposición desde la promulgación de la
Constitución de 1991, que postuló expresamente dichos principios liberales
en su artículo 363. La razón del abuso es que César Gaviria Trujillo, quien
era el presidente en ese entonces, se destaca como quien “modernizó” el
sistema tributario nacional, ayudado por un señor de apellido Fino pero de
pésima calidad ética e ingrata recordación. Éste individuo fue nombrado por
Gaviria como jefe de la DIAN (Departamento de Impuestos y Aduanas
Nacionales).


 El mismo funesto personaje, luego se encargó -mediante saqueos de sus
ingresos y su patrimonio, memorables por lo voluminosos e impunes- de
ponerle la lápida al ISS (Instituto de Seguros Sociales), que había sido
creado a raíz de los acertados y racionales consejos del chileno Raúl
Prebisch, difundidos en nuestros “atrasados” países por la CEPAL a mediados
del s. XX y que se conocieron como la política de “sustitución de
importaciones”.


 Posiblemente, las mismas argucias se emplearán en los países que todavía
conservan esa valiosa conquista, buscando privatizar el servicio de salud
con consecuencias tan funestas como las que sufre Colombia y que cada vez
son más innegables a la vista de los escándalos que no dejan de salir a la
luz, aunque muchos continúan ocultos, sobre todo aquellos en que Uribe
Vélez y sus familiares y amigos cercanos están involucrados.


 No obstante, los canallas insisten en que la privatización del ISS,
Cajanal y Caprecom fue una medida conveniente, pues el descrédito mediático
y calumnioso no ha cesado, así como los panegiristas del Neoliberalismo no
dan su brazo a torcer. Se trata de casos de manipulación mediática como el
que está protagonizando la saqueadora Pacific Rubiales al posar de
defensora del medio ambiente y redentora de la población que ha despojado
de sus tierras y que heredará desiertos una vez se agote el petróleo y la
multinacional canadiense se retire de la región de Puerto Gaitán.


 Es que, efectivamente, la privatización de las instituciones de salud, que
prestaban un servicio orientado a la curación de la enfermedad en vez de
buscar maximizar la utilidad comercial, aunque ha deteriorado de manera
inadmisible la atención de la salud para la población, fue altamente
ventajosa. Pero lo fue para los ladrones que asaltaron el sistema público
de la salud, porque el deterioro en la prestación del servicio es evidente
y creciente para los indefensos usuarios. Inclusive, el despojo
desvergonzado del ISS mediante la venta a menosprecio de sus activos a las
instituciones privadas, es un auténtico robo oficial que ha enriquecido a
los cercanos al régimen.


 La razón para calificarlo como otro delito de la dictadura furibista se
funda en que los verdaderos dueños eran los trabajadores y los patronos ya
que el gobierno, que se reservaba el derecho a nombrar a los gerentes de la
Institución, nunca aportó la tercera parte que le correspondía para
financiar el sistema de salud para el sector laboral.


 Pero tampoco dejó de atacar a la institución; ni el personal adscrito a
ella, de defenderla, como lo recuerda la ejemplar huelga nacional de los
trabajadores de la salud, protagonizada en 1976 y que evitó la
privatización durante el gobierno del “pollo” López, prematuro promotor del
Neoliberalismo en todo el subcontinente, cínico y estafador.


 Este destacado personaje, a quien la mediocre oligarquía santafereña le
atribuía flema inglesa, también causó la crisis mortal de la sociedad
anónima aliado con su primo, el “águila” Jaime Michelsen Uribe, quien -en
su condición de presidente del grupo bancario más poderoso en esa época- no
tuvo inconveniente en violar las limitaciones tradicionales y legales para
los monopolizadores de la actividad financiera.


 Abusiva e ilegalmente aprovechó el ahorro del público y la información
privilegiada de la que disponía como banquero y miembro de muchas juntas
directivas de empresas productivas, esto es, pertenecientes a la economía
real, para apoderarse del sector real de la economía, que es el que
verdaderamente interesa, no obstante los cantos de sirena de los usureros
que monopolizan el crédito y, con semejante recurso, paralizan la
producción, fomentando el desempleo y la miseria mientras estafan ingenuos
ambiciosos con absurdos productos financieros, como las hipotecas sub prime
y tanto papeles basura más, incluidos el dólar y el euro que posan de
monedas internacionales o divisas.


 Su maniobra ilegal, una vez la justicia resolvió castigarla, le costó al
astuto primo su exilio en la Panamá del mafioso Antonio Noriega, tanto como
su desprestigio personal.


 Pero ahora, semejante comportamiento delincuencial -llevado al climax con
la crisis económica definitiva del sistema consumista y jerárquico, que se
inició en USA- es premiado por el Imperio, como lo hemos visto allí y en
Europa a raíz de la burbuja hipotecaria y de todos los malos manejos del
sector financiero que se han destapado desde entonces pero que nadie
castiga, aunque han convertido el mundo en un casino acudiendo a delitos
como los del “águila” en Colombia. O, en USA, a los del simpático Bernard
Madoff, quien sólo estafaba a potentados del primer nivel, lo cual le costó
una condena a 150 años de prisión, el agradecimiento de los de niveles
inferiores, que se salvaron de la estafa porque Madoff no les recibía
fondos, y las simpatías de los desamparados.


 Los gobiernos, mostrando su verdadera catadura y demostrando a favor de
quienes gobiernan realmente, en vez de castigarlos como se merecen, han
preferido premiar a los potentados causantes de la crisis poniendo a su
disposición las arcas del Estado y recortando las conquistas ciudadanas,
con la honrosa excepción de Islandia cuyo ejemplo hemos de seguir todos
quienes no somos potentados y nos sentimos dignos.


 5/10

En cuanto a César Gaviria Trujillo, se trata de otro notable neoliberal
colombiano, altamente oportunista, como lo demuestra su súbita conversión
en paladín en la exigencia de legalización de los alucinógenos. Lo ha hecho
junto a Zedillo y a Cardoso, otro par de destacados ex presidentes
neoliberales latinoamericanos, de México y Brasil, respectivamente.


 En cuanto a Gaviria -quien recibió la candidatura a la presidencia por
designación del hijo adolescente de Luis Carlos Galán Sarmiento, en el
cementerio Central de Bogotá cuando se efectuaba el entierro del caudillo
del Nuevo Liberalismo, asesinado en 1989 por orden de Pablo Escobar
Gaviria, instigado por Alberto Santofimio Botero, y “complotado” con las
autoridades del macabro DAS, durante una manifestación en Soacha-, se trata
del mismo personaje que, como presidente entre 1990-94, se destacó por la
decretada apertura incondicional de nuestros frágiles mercados a la batería
pesada de las mercancías traficadas por los grandes monopolios
multinacionales.


 También puso nuestra infraestructura prodctiva y los recursos naturales
existentes en el territorio a disposición de los inversores extranjeros,
que, en esa etapa relativamente temprana de penetración del Neoliberalismo
en Colombia, se dedicaron a adquirir las grandes empresas nacionales y a
remplazar la mano de obra contratada por éstas, con cooperativas de trabajo
asociado y con contratistas independientes, lo cual no sólo ha deteriorado
seriamente los ingresos de los trabajadores sino que ha contribuido a
diezmar los sindicatos. Desde luego, el surgimiento de la maquila también
se rastrea en ese entonces. Es lo contrario a lo sensato que Hugo Chávez
Frías pretende instaurar con su reforma laboral en Venezuela.


 Tales medidas antinacionales y abiertamente pro imperialistas -que su
entonces ministro Ernesto Samper Pizano tuvo el valor y la dignidad de
criticar públicamente, al menos en lo referente a la apertura de los
mercados nacionales a las importaciones- fueron otro golpe mortal a nuestra
soberanía económica.


 La apertura permitió que los mercados se inundasen de mercancías cuyo
precio de venta era inferior al costo de producción para los productores
nacionales, lo cual fascina a los consumidores, pero en poco tiempo los
pone a llorar, cuando pierden sus empleos porque las empresas criollas no
aguantan la competencia, de modo que se arruinan.


 Por su lado, la apertura a los capitales foráneos, ofreciéndoles garantías
jamás concedidas a los nacionales -a no ser a los grandes potentados, como
los Santodomingo o Carlos Ardila Lule o Luis Carlos Sarmiento Angulo y unos
cuantos más-, desnacionalizó las empresas fundadas por criollos, tanto
industriales como agropecuarias, que habían soportado la ofensiva con que
el “águila” les dio el golpe mortal a las grandes empresas colombianas
organizadas como sociedades anónimas, que causaban sana envidia en algunos
países del sur. Su fracaso no estalló en el gobierno del “pollo” sino en el
de Belisario Betancur Cuartas, quien asó, en diciembre de 1985, a los
grandes magistrados de la Corte Suprema de Justicia.


 A propósito de este último personaje, nacido en Amagá -quien había cobrado
fama desde joven, cuando fue ministro del trabajo de Guillermo León
Valencia y resolvió eficazmente la huelga de los obreros de Cementos El
Cairo, en Santa Bárbara, Antioquia, donde también queda Amagá-, su período
presidencial corrió entre 1982 y 1986.


 O sea, después del del funesto inspirador del famosos Estatuto de
Seguridad que postulaba que los ciudadanos del pueblo eran culpables
mientras no demostrasen su inocencia, lo cual fue su gran aporte al
Derecho, que lo ha registrado con el sonoro nombre de “doctrina Ñungo”.


 En cuanto a este renovador de las doctrinas jurídicas universalmente
aceptadas en las sociedades civilizadas, se trata de Julio César Turbay
Ayala (1978-82), quien nombró al joven Álvaro Uribe Vélez como jefe de la
Aeronáutica Civil durante su inolvidable cuatrienio presidencial.


 También es el padre homónimo de quien, como demostración de la lealtad
entre politiqueros vendepatrias, fungió de Contralor General durante buena
parte de la dictadura furibista, cargo en el que actuó como delincuente y
cómplice de los delincuentes que aprovecharon la dictadura para cometer
toda clase de delitos, muchos de ellos todavía impunes y hasta ocultos
deliberadamente .


 Ah, se me olvidaba, la temprana fama de Belisario no sólo se debió a que
las iniciales de su nombre coincidían con los de la provocativa francesa y
símbolo sexual universal, Brigitte Bardot, sino a que resolvió la huelga de
marras ordenando que los camiones cargados con cemento pasasen por encima
de los cabeciduros obreros que insistían en acostarse en la carretera para
impedirlo, lo cual contó con el beneplácito de la oligarquía y convirtió al
amagaseño en héroe del establecimiento, digno de aspirar a la presidencia
de la “república” pese a su origen humilde.


 Lo curioso es que este genocidio repugnante tampoco se lo ha cobrado la
“justicia” colombiana. ¿Será que la internacional lo puede hacer antes de
que muera impune, como murió su ministro de defensa, Miguel Vega Uribe,
verdadero autor, en alianza con Pablo Emilio Escobar Gaviria, del ataque
rabioso al Palacio de Justicia, para quemar los expedientes que lo
relacionaban con narcotráfico y asar vivos a los jueces probos que se
habían atrevido a investigarlos?


 Desde luego, así el coronel Alfonso Plazas Vega comparta apellido con el
fallecido general, es injusto que se le endilgue toda la culpa por el
aterrador magnicidio, del cual fue el jefe operativo en el inusual
escenario de guerra en que convirtieron el Palacio de Justicia, cuando es
claro que Belisario asumió públicamente la responsabilidad por tan
horroroso crimen, y se negó a acatar las órdenes del presidente de la alta
corte, quien pedía el inmediato cese al fuego iniciado por los militares,
tanto el de las balas como el de las llamas.


 6/10

Muchas de esas grandes empresas creadas por empresarios nacionales a la luz
de las políticas de la CEPAL, estaban organizadas como sociedades anónimas
en las que invertían con confianza los sectores rentistas de la clase
media. Al efecto disponían de tres bolsas de valores convenientemente
distribuidas por la geografía nacional en Bogotá, Medellín y Cali, tanto
como de abundantes intermediarios, reputados de honrados, que hacían
expedita y segura la negociación de acciones.


 Ahora está centralizada en una sola bolsa de valores, ubicada en Bogotá y
organizada al servicio de los inversionistas extranjeros que, mientras les
imponen una contabilidad estandarizada a nivel mundial a las empresas que
desean controlar, insisten en fusionar la bolsa con las de países como Perú
y Chile, cuyos gobiernos son lacayos de confianza para el Imperio.


 Pero, además de arruinar a tantas empresas nacionales, César Gaviria
Trujillo, recordando su tradicional muletilla expresada en tono chillón,
“ciertamente” facilitó el recaudo de impuestos con la universalización del
IVA. También lo hizo al eliminar la necesidad de declarar rentas para
muchos pobres con ingresos incipientes.


 Según las ideas del candidato mejicano, Gaviria habría procedido así no
por lacayo neoliberal sino porque admitió que era más eficiente cobrar los
impuestos en la fuente. Esto es, al hacer la transacción o causar el
ingreso.


 Sería por eso, y no por ampliar la brecha social poniendo a los pobres a
sostener al Estado, que la medida también se les aplicó a los asalariados
reteniéndoles parte de sus emolumentos y obligando a los patronos a
recaudarlos y girarlos al fisco.


 Adicionalmente, la eliminación del requisito de presentar declaración de
rentas y patrimonio sirvió para que muchos ricos dejaran de tributar
directamente por tales conceptos. Esto también parece que beneficia la
eficiencia tributaria, pues la elusión y la evasión son muy difíciles de
detectar y combatir, de modo que es mejor que los ciudadanos no se vean
tentados a cometerlas, y la forma más segura de garantizarlo es quitarles
ese requisito de declarar.


 Al fin y al cabo, con el correr del tiempo, el gobierno halló una manera
expedita de sacarles algo de tributos a los verdaderamente adinerados, no
mediante la imposición directa propiamente sino a través del mecanismo de
cobrar las transacciones financieras efectuadas por los clientes con
cuentas bancarias.


 Pero, aún así, los principales castigados con la medida no son los grandes
potentados sino las clases medias y las pobres que han sido bancarizadas.


 En consecuencia, la tributación de los potentados sigue siendo marginal,
como lo piden los republicanos en USA, amparados en las doctrinas sionistas
del Neoliberalismo elaboradas a partir de las alucinaciones y los delirios
de la novelista y filósofa rusa, nacionalizada como usana, Ayn Rand, como
sabemos y tenemos que repetirlo para que los que no lo sepan lo aprendan y
no lo olviden, pues lo que está en juego es valioso para todos, y a todos
nos incumbe.


 Para redondear la faena de la eficiencia, Gaviria, como lo había hecho con
los patronos, obligó a las instituciones financieras a que recauden y
pongan a disposición del fisco los tributos generados por las transacciones
financieras.


 Además, a pesar de que su implementación contradice el mandato
constitucional, como ya sabemos, se esmeró en extender el IVA a toda clase
de productos, incluyendo los de la canasta básica familiar que habían
gozado de exenciones por razones obvias de justicia social y elemental
supervivencia.


 Desde luego, una vez impuesta la costumbre de tributar por el valor
agregado sobre toda clase de productos, bienes y servicios, la tarifa, que
apenas era de un 4% y para ítems básicamente suntuarios, ahora va por el
16%; y es suceptible de que la aumenten cuando se les antoje o se los
ordenen los amos del Mundo.


 Presuntamente, la razón “técnica” sería que también es muy fácil cobrarlo
en la fuente, aunque es inconstitucional y agudiza la desigualdad social y
la pauperización de las mayorías que, de todas formas, se ven obligadas a
consumir, así no sea sino los productos básicos para no perecer de
inanición o para no vivir en medio de dolores que puede curar cualquier
analgésico, pero que el IVA hace más costosos y, frecuentemente,
inaccesibles para quienes no tienen ingresos o son mínimos los que tienen.


 Desde luego, la obligación de recaudar y consignar en las arcas oficiales
los ingresos del IVA, también se les endilgó a quienes lo perciben en la
fuente, pues su eficiencia es ejemplar. Sin duda, todos los que no la han
adoptado no tardarán en hacerlo, ya que, además, es una imposición
imperialista inspirada en el Neoliberalismo universal.


 7/10

* Apoyo a los imprescindibles potentados y despojo de quienes no lo son.


 Tal calamidad inicua, que obliga a los más pobres a financiar el
presupuesto oficial, se agrava al garantizarles estabilidad jurídica para
sus contratos con el Estado, concederles subsidios y eximir de cargas
tributarias a los grandes capitales, cada vez más depredadores, poderosos y
monopolistas.


 O sea, cada vez más alejados de la libre competencia y la libertad de
empresa, que serían las grandes conquistas y promesas del capitalismo para
la Humanidad sufrida y doliente durante la aterradora Historia.


 Se trata de la ilusión frustrada de quienes, llenos de sueños, emigraron
(y todavía hay quienes lo siguen haciendo) a la tierra de la libertad y de
las oportunidades de progreso e igualdad, la impostora USA, tan
absolutamente desigual e injusta con las mayorías desde que la masonería
resovió constituirla en su gran “obra” declarando la independencia.


 Esto explica que, mientras los grandes potentados son mimados al extremo
por el gobierno y la privada FED, las mayoría se vean despojadas de sus
hogares y hasta del derecho a estudiar o a recibir atención sanitaria
adecuada por cuenta del Estado; lo que equivale a decir, por cuenta de los
ingresos aportados por la sociedad que tributa para paliar las diferencias
de clase pero cuyos impuestos terminan subsidiando a los CEOs de las
grandes compañías y a los demás altos ejecutivos que, gozando de total
impunidad personal, las han llevado a la ruina.


 Con semejantes injusticias sociales pretenden que los pueblos permanezcan
sumidos en la ignorancia y la superstición, para que los potentados puedan
seguir aumentando sus fortunas, en una carrera loca que amenaza con
extinguirnos.


 La justificación para tamaña iniquidad no podemos olvidarla, y estamos
obligados a repetirla si aspiramos a entender verdaderamente la realidad
que nos agobia, obedece a los exabruptos megalómanos y plutocráticos de la
sionista atea Ayn Rand.


 Se trata de la madre del Neoliberalismo, cuyo carácter de delirio sionista
es tan innegable como las sandeces sostenidas a título de geniales
descubrimientos económicos que los gobiernos admiten sin protestar, con
miedo reverencial, porque la sicópata inspiradora de sicópatas megalómanos,
consideró y postuló que los únicos seres imprescindibles en la sociedad son
quienes tienen la posibilidad de ofrecerles empleos a los demás al disponer
de la capacidad de inversión suficiente.


 Sin duda, es otro sofisma económico de la violadora de los principios más
básicos y universales de la economía política desarrollada por los
“economistas clásicos”, que, previaente, fueron lesionados por los
“economistas vulgares” con teorías como el marginalismo o el monetarismo.
Los últimos creyeron que metiéndoles matemáticas a sus absurdas teorías
convertían en ciencia sus exabruptos o, al menos, alejaban la disciplina
económica de las masas ignaras que dejarían en manos de los expertos su
manejo.


 Acudiendo a tales absurdos teóricos, realmente de tenor político, sesgado
e interesado, la ofensiva ideológica contra los aportes de Adam Smith,
David Ricardo y Carlos Marx, adelantada literaria e implícitamente por Ayn
Rand en su novela “La rebelión de Atlas” y en numerosas entrevistas y
conferencias posteriores, permitió que los aportes sensatos de aquellos
sabios reconocidos fuesen negados absolutamente por los “economistas
degenerados” de la Escuela de Chicago. Quizás la econometría sea su gran
aporte a los galimatías con que los economistas engañan a las masas para
que los potentados puedan seguir apropiándose de la mayor parte de las
riquezas producidas por el esfuerzo humano.


 El Neoliberalismo o Capitalismo Salvaje -como se conocen estas
bestialidades de tan amplio recibo y aplicación por toda clase de gobiernos
en el Mundo entero-, se guía por los delirios de la sionista cuyos
exabruptos, replicados por el espurio Nobel de Economía, Milton Friedman,
ahora campean como gran sabiduría que orienta las decisiones de los
gobernantes en todos los escenarios posibles, incluyendo los llamados
países comunistas.


 Desde luego, la academia los considera dogmas admirables que hay que
inculcarles a los economistas en formación, a ver si, tan bien dotados y
alejados de esas teorías de los grandes y lúcidos maestros, pueden llegar a
ministros de hacienda de algún gobierno cipayo.


 Desgraciadamente, esas bestialidades tienen aplicación universal en el
actual período consumista, que predestina el Fin del Mundo si no corregimos
el rumbo a la mayor brevedad para impedir que los vendepatrias sigan
definiendo el destino de los pueblos acatando las directrices de los
potentados; en particular las de los sionistas comprometidos con Yahvé en
su genocida Juicio Final.


 Con semejantes postulados histéricos tan deleznables y absurdos -que se
hacen pasar como gran sabiduría, engañando y corrompiendo a la juventud que
aspira a aprender verdadera economía-, los sionistas y sus aliados dueños
de las corporaciones están destruyendo los recursos que podrían sustentar a
la especie humana y a muchas más durante siglos. Y a los humanos
esclavizados por el consumismo los tienen confundidos, embrutecidos,
despojados, sumidos en o amenazados con la miseria y las pestes inminentes,
tanto como al borde del cataclismo bélico universal.


 No hay dudas de que dichos recursos han sustentado a las sociedades
ancestrales, respetuosas del medio ambiente, porque han sabido desarrollar
una producción realmente sustentable en vez de dedicarse a destrozar lo que
no consumen, de una vez y sin ninguna necesidad, como lo predica, inculca
subliminalmente y hace el consumismo irracional dedicado a convertir el
Mundo en un basurero.


 A propósito, conviene recalcarlo, en Colombia la petrolera Pacific
Rubiales, que está destruyendo parte de los Llanos Orientales, se ha
dedicado a contrarrestar la mala prensa acudiendo al dogma de que percibido
es más real que real, de modo que, a punta de publicidad engañosa, nos
quiere convencer de que su labor depredadora es una bendición para la
patria, que debemos agradecerle con devoción, admiración y respeto.


 Por desgracia, así procede el capitalismo. Por eso, en escasos 200 años de
existencia tiene el Mundo al borde del colapso definitivo. Éste es cada vez
más difícil de evitar por quien se interese en que no ocurra porque duda de
que el consumismo sea algo conveniente que merezca defenderse y promoverse
como indicativo de progreso y, mucho menos, como garantía de supervivencia
de la especie.


 Para los pueblos ancestrales -que la ofensiva capitalista y burguesa en
general no ha podido exterminar ni achicopalar ni, mucho menos,
descalificar como realmente capaces de garantizar la supervivencia,
indefinida pero ciertamente prolongada, de la Humanidad guiada por el
respeto a la Naturaleza-, la esperanza es que las mayorías compartan su
respeto a Pachamama antes de que, definitivamente, alcancemos el punto de
no retorno, que está tan cercano y que el sionismo considera su misión
divina apurar.


 8/10

Esas nefastas directrices neoliberales son propaladas e impuestas a sus
lacayos que gobiernan los países, por los miembros del Club Bilderberg
-como el rey Juan Carlos de Borbón y otras pestes similares: Bill Gates,
Ted Turner, los Morgan, los Bush, los Rockefeller y los supremos
Rothschild-, y agenciadas por sus satélites, como los clubes de Estambul,
Roma y Madrid, o el del Búho en USA, o Fedesarrollo o la Universidad de los
Andes en Colombia, que posan de Think Tanks.


 Pero para la supervivencia digna de todos los miembros de la especie cuyos
dirigentes son enemigos de la Vida, la imposición de las recetas
neoliberales es insoportable y absolutamente contraproducente. Tal es el
caso con la privatización de la prestación de los servicios de salud y
demás conquistas sociales, que la teoría clásica consideraba prerrogativas
del Estado.


 La intención de los sensatos intelectuales en los albores del capitalismo
era impedir la creciente desigualdad social que conlleva la privatización
de lo que, por su naturaleza, tienen que ser -en vez de empresas privadas
que convierten todos los productos y servicios en mercancías, y se esmeran
por elevar al máximo sus utilidades- monopolios públicos al servicio del
ciudadano, ya sea en manos del Estado o de la sociedad democráticamente
organizada pero, jamás, en las de particulares, y, mucho menos, en las de
extranjeros.


 Son evidentes los privilegios que significa, para quienes lo logren,
comercializar asuntos que, igual que los monopolios rentísticos del tabaco
y el alcohol, tienen una clientela cautiva porque nadie se puede privar de
consumirlos si espera prolongar su propia vida o satisfacer sus obsesiones
adictivas.


 Evidentemente, si los prestan particulares interesados en maximizar sus
utilidades, estarán disfrutando de privilegios ajenos a los de los demás
empresarios que se arriesgan con productos nuevos ofrecidos en un mercado
de libre competencia que no tiene su clientela asegurada.


 Además, los particulares jamás podrán ofrecer la calidad requerida para la
protección cierta de la salud y el bienestar de todos los habitantes, sin
discriminaciones, pues al empresario privado le interesa ahorrar costos
para maximizar su utilidad, de modo que atender adecuadamente a sus
clientes estará condicionado en detrimento de éstos.


 Es algo particularmente obvio y perjudicial para la sociedad en el caso de
la educación, cuando los jóvenes son excluidos del sistema educativo o
sometidos a su formación y entrenamiento por empresas particulares de
pésima calidad y altos costos, que les roban su oportunidad de aprender,
aportar y progresar.


 Al respecto, en USA los condenan a amortizar durante todas su vida los
préstamos con que hayan logrado financiar sus estudios, en el caso de
haberlos obtenido. Incidentalmente, las instituciones académicas de
calidad, que las hay, así como los excelentes centros de salud que protegen
la de los potentados, jamás estarán al alcance de las mayorías, al menos
mientras éstas no logren desempoderar a quienes las despojan de la riqueza
y el poder.


 Desde luego, la mayor víctima de tales políticas absurdas y elitistas, es
la Humanidad que se ve privada de los eventuales aportes de sus miembros,
injustamente sometidos a una sociedad que los desprecia, sumiéndolos en la
ignorancia y destinándolos a los mataderos de la guerra y la delincuencia.


 Así ocurre porque los ciudadanos están alienados o demasiado subyugados y
atemorizados, y los gobernantes son lacayos mediocres que se limitan a
aplicar lo que les indican sus amos, además de que carecen de criterio para
juzgar qué puede ser lo mejor para todos. Lo que realmente les interesa es
su propio bienestar, de modo que usan su período de gobierno para
proporcionárselo.


 A su juicio de siervos mediocres e inescrupulosos, lo importante es
aprovechar su cuarto de hora en el ejercicio del poder para enriquecerse y
hacer amigos entre los amos del Mundo, a quienes les ceden la explotación
de las riquezas naturales que nadie tiene derecho a apropiarse.


 9/10

La deficiente prestación de los servicios de salud y educación, tanto como
la pésima calidad y el alto precio de otros que al Estado Social de Derecho
le corresponde atender -ya sea porque son fundamentales o son estratégicos,
como el agua potable, las telecomunicaciones y las energías eléctrica,
luminosa y calórica-, también hacen parte de esos desastres que el
Neoliberalismo propala sin que casi nadie se atreva a refutarlo y
rechazarlo como la condena irracional, delirante y anticientífica que es.


 Semejante falta de críticas es particularmente lamentable en el caso de
los académicos mediocres y venales, o tímidos y cobardes, que,
presuntamente, tendrían la formación intelectual necesaria para
adelantarlas con erudición y propiedad.


 La hegemonía neoliberal es tan universal y arrasadora que hasta Cuba ha
resultado aliada de Repsol para destruir su litoral. Ojalá las actitudes
soberanas de Argentina y Bolivia les sirva a los gobernantes cubanos para
reflexionar antes de que los daños sean irreversibles y el prestigio de la
revolución pierda cualquier brillo entre los demócratas del Mundo.


 Y ojalá Argentina, Bolivia y los demás países vean, entiendan y respondan
al despertar de sus pueblos, para que el ejercicio soberano pueda ser pleno
y no un mero cálculo de intereses de los gobernantes de turno.


 Pero eso lo resuelve el pueblo en vez de quienes se han especializado en
subyugarlo. O sea, es asunto tuyo, de él y mío, si queremos involucrarnos.
Cada uno lo decide consultando su conciencia. En eso consiste la libertad.


 Pero si seguimos esperando salvadores, aunque sea el perverso Anticristo,
los potentados sionistas se saldrán con la suya mientras los crédulos
apocalípticos se dan golpes de pecho y oran para que su divinidad los
salve.


 No se les ocurre que bastaría con que dejaran de hacerles el juego a los
impostores que fanatizan a los pueblos haciéndoles creer que hablan en
nombre del dios verdadero, y que la voluntad de éste es efectuar a la mayor
brevedad el Juicio Final anhelado por el sionismo arrogante y
judeocentrista desde los sueños de Abraham, el marido y proxeneta de la
bella Sarai.


 El asunto es humano, demasiado humano, para parafrasear a Nietzsche, un
judío inteligente, como cada vez queda más claro al considerar la ofensiva
deliberada contra la biosfera y contra la estabilidad económica de los
ciudadanos normalitos y dóciles.


 Por tanto, si somos dignos está en nuestras manos resolverlo. ¡Así de
sencillo!






                           saguete@gmail.com

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