jueves, 29 de diciembre de 2011

Luiz Ignacio Lula Da Silva ... Declaraciones muy buenas del ex-presidente. Vale la pena leerlo.



Tremendas e impactantes declaraciones
Los ricos también se benefician cuando los pobres dejan de serlo
(LULA DA SILVA)

"El expresidente de Brasil contó durante su visita a Colombia detalles de
la política social que hoy es ejemplo en el mundo.





Le recomendó a Colombia
no dejar en manos de intermediarios la administración de los recursos
públicos.




A Luiz Inácio Lula da Silva no se le olvida que lo que hizo el primer día
de su gestión como presidente de Brasil fue reunir a todos sus ministros,
subirlos a un avión y llevarlos a los lugares más pobres del país. Quería
que el presidente del Banco Central o su ministro de Hacienda “vieran a
ese país que no se queja, que no hace manifestaciones, pero que está ahí, que
es real y verdadero. Eso quizá haya ayudado a cambiar las cosas”.

Da Silva conocía muy bien esos sectores. Salió de una de esas zonas donde
es común que los niños vayan a la cama sin comer o pasen un domingo sin
almuerzo. “Conocí el pan por primera vez a los 7 años –recordó el
exmandatario–. Hasta esa edad, el café que me tomaba por la mañana era
con harina de yuca. Sé que es la desesperación de una madre que está delante
de un fogón sin gas y sin lo más elemental para hacer una comida para sus
hijos”.

Durante su visita al país, el expresidente de Brasil compartió no sólo su
historia de vida, sino los resultados de su política social que sacó a
28’000.000
de brasileros de la pobreza y que redujo drástricamente los niveles de
desnutrición y desescolarización de los niños y jóvenes de su país.

Brasil es una de las diez economías más importantes del mundo, pero para
Lula esto de poco ayuda si no hay democracia ni políticas de distribución
del crecimiento para evitar que el dinero siga en manos de pocos “y el
pueblo siga pobre y desnutrido”.

“Cuando empecé mi gobierno, el 10 por ciento de la población más rica
cogía la mitad del dinero del país y le dejaban a los más pobres apenas el 10
por ciento”, recordó el exmandatario quien logró cambiar estas cifras
aumentando el salario mínimo en un 62 por ciento en cinco años, aún con voces en
contra que le advertían que lo único que lograría era el crecimiento de la
inflación. “Y la inflación no aumentó”, dice ahora con satisfacción. Esta
sola decisión sacó a millones de brasileros de la pobreza. Es más,
asegura; que con la crisis del 2008 Brasil salió adelante gracias a esta
población. “El consumo creció siete veces más, sobre todo en los sectores populares.
Los pobres comenzaron a ser tratados como ciudadanos”.

Para Luiz Inácio Lula da Silva hubo varias estrategias clave para lograr
los resultados. Una fue bancarizar la población pobre: en un año 45’000.000
de brasileros tenían cuentas bancarias activas, y esto ayudó a hacer viable
la segunda estrategia: no dejarles a intermediarios la administración ni la
entrega de estos recursos públicos.

“No creo que deba existir la figura del intermediario, porque la mitad de
la plata se queda con él. En Brasil las personas que reciben beneficios del
gobierno no tienen contacto con intermediarios. Reciben una tarjeta
magnética con la que puede ir al banco y sacar el dinero. Eso es
sagrado”, recalcó el expresidente. Y una tercera estrategia que garantiza el éxito
es tener registros de calidad y hacer seguimiento a los programas y
beneficiarios.

Equipos del gobierno viajaron a lugares remotos en donde encontraron
habitantes que ni siquiera tenían actas de nacimiento; eran ciudadanos
que no existían. Ellos son hoy beneficiarios del programa bolsa familia, que
entrega tarjetas a las mujeres del hogar para que cuenten con el dinero
para la alimentación y la educación de su familia. “Son 13 millones de
tarjetas.
Las personas van al banco y no les deben favores a alcaldes ni a
gobernadores ni al presidente.

Me decían que estaba desperdiciando el dinero, que estaba creando
vagabundos que no trabajaban. Había personas que criticaban que los pobres compraran
lápices o zapatos para los niños y no comida. Eso es fácil decirlo para
alguien que los tiene, pero no para los que nunca lo han tenido. Quienes
nunca han pasado hambre ni necesidades no saben qué son 80 dólares en
manos de una madre de familia”.

Combatir el hambre fue una prioridad del gobierno de Lula da Silva, al
punto de crear un ministerio dedicado exclusivamente para esta tarea. En seis
años la desnutrición de Brasil se redujo un 73 por ciento y la mortalidad
infantil en un 45 por ciento.

La política es ejemplo en el mundo. Esta apuesta incluye restaurantes
populares, programas de lactancia materna, promoción de la agricultura
familiar, distribución de alimentos a los más pobres, la entrega de
microcréditos y fomento de la economía local a través de la compra al
pequeño productor para abastecer los programas de alimentación del
gobierno,
entre otros.

“La garantía para la buena alimentación de la población debería ser la
prioridad de todos los hombres públicos y de los ciudadanos de buena
voluntad. No es normal –dijo– que un gobernante del mundo no ponga la
lucha contra el hambre como una prioridad de sus presupuestos, así como en sus
políticas”.

La generación de millones de empleos formales para padres de familia
buscó reducir el trabajo infantil y por el contrario, llevar a estos niños y
jóvenes a las 214 escuelas de educación básica nuevas, así como a las 14
universidades federales construidas durante su periodo. Hoy hijos de
albañiles estudian carreras como medicina en estas universidades. Estos
resultados, aseguró, son una muestra de que “no hay nada más barato que
invertir en los pobres” y deja atrás la teoría de que hay que esperar al
desarrollo para ser inclusivos. En el caso de Brasil, la inclusión llevó
al desarrollo. “Los ricos también se benefician cuando los pobres dejan de
serlo”, dijo.

“Hasta le pagamos la deuda el Fondo Monetario Internacional. Después de dos
años de gobierno le devolvimos 16.000 millones de dólares que le
debíamos. Hoy el FMI nos debe 14.000 millones de dólares que les prestamos para
ayudar a la crisis de los países ricos”.
saguete@gmail.com

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