sábado, 31 de diciembre de 2011

Cáncer inducido, ¿un arma de la CIA?






Percy Francisco Alvarado
Godoy
29 de diciembre de
2011.

Las operaciones secretas
de la CIA mantienen una dirección permanente e invariable, orientadas lo mismo
contra personalidades políticas específicas que desafían el
hegemonismo imperial
norteamericano, a los que se trata de eliminar físicamente, así como contra
naciones enteras que sufren las
criminales consecuencias de guerras prefabricadas, agresiones biológicas,
campañas sostenidas de ataques mediáticos, amenazas, invasiones y el
aislamiento
total mediante bloqueos y embargos
injustificados. Este criminal accionar de la CIA fue puesto al descubierto por
la Asociación para el Disenso Responsable, la que estimó que, ya en
1987, seis millones de personas habían
sido asesinadas como resultado de las operaciones encubiertas de la
CIA. Hoy, al
culminar el 2011, esa cifra ha crecido enormemente.
CHAVEZ TIENE LA
RAZÓN
El presidente Hugo Chávez
destapó ayer la Caja de Pandora al exponer su sospecha sobre el inusual
padecimiento de cáncer por parte de varios mandatarios y personalidades
progresistas latinoamericanos en los últimos meses, entre los que se
destacan su
propia persona, la presidenta
argentina Cristina Fernández, el mandatario paraguayo Fernando Lugo, la
presidenta brasileña Dilma Rousseff, el ex presidente brasileño Luiz
Inácio Lula
da Silva, entre otros.
"Es muy difícil explicar a estas
alturas ya con la ley de las probabilidades, por ejemplo, lo que nos ha estado
aconteciendo a algunos de nosotros (líderes) en América Latina",dijo
Chávez, apuntando sus sospechas
hacia Washington y,
particularmente, a la CIA.
Chávez reconoció las
sospechas de Fidel sobre este inusual fenómeno, las que no dejan de carecer de
lógica, sobre todo si parten de quien ha sido objetivo de más de 600 planes de
atentado, incluso intentado usar armas biológicas y venenos, durante uno de sus
encuentros con él, cuando el Comandante le manifestó con suspicacia:
“Chávez, ten cuidado... mira, cuidado esta
gente ha desarrollado tecnologías... cuidado con lo que te dan de
comer. Cuidado
con una pequeña aguja y te inyectan no se qué”.
Por supuesto, ni Fidel ni
Chávez se equivocan si se tienen en cuenta algunos elementos y antecedentes
esenciales para fundamentar tal acusación, involucrando en la tangible
amenaza a
la CIA y a las autoridades norteamericanas.
Varios laboratorios de la
CIA y del Departamento de Defensa de los Estados Unidos dedican desde hace
décadas cuantiosos recursos al bioterrorismo y, particularmente, en la búsqueda
de inoculación de enfermedades como el cáncer, así como otros tipos de virus o
bacterias, capaces de infligir daño masivo sobre personas específicas, fuerzas
militares y ciudadanos comunes, violando las prohibiciones establecidas por las
Naciones Unidas. La guerra biológica o bacteriológica, concebida como
un arma de
alta efectividad, se implementa
mediante el diseño de bombas y otros tipos de agentes de esparcimiento de las
enfermedades. De esos laboratorios han salido el napalm, el agente
naranja, la cepa del
ántrax, la gripe AH1N1, la gripe porcina, así como otros virus letales como el
VIH y el ébola.
En el caso particular del
cáncer se conoce que, desde 1975, se ha empleado el Fuerte Detrick como
instalación donde radica una sección especial dentro del Departamento Virus del
Centro para la Investigación de Guerra Biológica, conocida como
"Instalaciones Fredrick para la
Investigación del Cáncer", bajo supervisión del Departamento de Defensa, de la
CIA y del Instituto Nacional del Cáncer. Las investigaciones ultra secretas
están encaminadas a desarrollar un programa especial de virus del cáncer,
sumamente agresivo y letal, para el que existe inmunidad y fue
identificado como
Virus Humano de la célula T de Leucemia (HTLV). La insistencia de estos
laboratorios de lograr los mecanismos para elaborar artificialmente células
malignas o cancerígenas, sumamente invasivas y capaces de propagarse en el
organismo desarrollando una metástasis incontenible, se ha mantenido a lo largo
de más de cuatro décadas. De acuerdo con estos proyectos, las enfermedades
cancerígenas serían capaces de inhibir cualquier defensa ante su ataque al
organismo humano, diseminándose a través de la sangre o de la linfa, luego de
ser inoculadas en el mismo mediante diversas vías.
La alteración del
material genético de las células humanas que provoca el cáncer por vía
artificial en estos laboratorios, son la premisa básica de esta arma
desarrollada con la venía del gobierno norteamericano. Para ello se elaboran
células madres o stem cells, mediante mutaciones monitoreadas y preconcebidas,
convirtiéndolas en un fenotipo maligno más heterogéneo de rápido
desarrollo.
Otro elemento sobre el
desarrollo de la guerra biológica por parte del gobierno norteamericano,
particularmente relacionado con el cáncer, lo es el testimonio grabado del Dr.
Maurice Hilleman, prestigioso
investigador en vacunas de los Laboratorios Merck, donde admite que sus
laboratorios produjeron vacunas contaminadas con leucemia y virus de cáncer en
la década de los setenta, las que fueron administradas deliberadamente a
ciudadanos soviéticos. Este hecho macabro salió a la luz gracias al Dr. Len
Horowitz, investigador de la guerra biológica de la CIA, quien lo plasmó en su
documental In Lies We Trust: The CIA,
Hollywood, and Bioterrorism, estrenado el año
2007.
La CIA ha perfeccionado
sus métodos para asesinar, particularmente induciendo el cáncer en determinadas
personas. Ha dejado atrás, por citar un ejemplo, el método empleado contra Jack
Leon Ruby, mafioso que asesinó al presunto homicida del presidente John F.
Kennedy, y quien muriera en prisión, supuestamente por un cáncer, el
3 de enero de 1967. En realidad, Ruby
murió a causa de una intoxicación con Talio, la que le produjo un deterioro
acelerado de su salud y su muerte en poco tiempo. Los síntomas que presentó
luego de ingerir el Talio, arma química letal, soluble en agua, incoloro y
prácticamente inodoro e insípido, capaz de ser colocado en los alimentos de la
víctima sin ser detectado, fueron similares a una reacción invasiva de células
cancerosas: fiebre alta, caída del cabello, insuficiencia cardiaca o
respiratoria, desplome del sistema nervioso, dolores musculares, parálisis o
inmovilidad en determinadas zonas corporales y una muerte
dolorosa.
Las administraciones
norteamericanas han cuidado celosamente sus programas súper secretos de guerra
biológica, al extremo de que, según un informe elaborado por el escritor Steve
Quayle para Free Press International, en marzo del 2006, sugirió que
cerca de 40 microbiólogos murieron
sospechosamente entre el 2002 y ese año. En todos los casos, no se han
encontrado culpables de las muertes, sospechosos suicidios o accidentes llenos
de interrogantes.
Washington reaccionó
escueta y cínicamente a las declaraciones de Hugo Chávez, tildando de
“horrendos
y reprensibles”, los supuestos de que EE UU esté involucrado en las
enfermedades
cancerígenas de los mandatarios latinoamericanos, a través de Victoria Nuland,
portavoz del Departamento de Estado.
LA GUERRA BIOLOGICA DE LA
CIA Y EL PENTÁGONO
La CIA y otras agencias
del gobierno norteamericano tienen amplia experiencia en bioterrorismo y guerra
bacteriológica. De acuerdo con informaciones aparecidas en varios
sitios web, el
gobierno de los Estados Unidos ha desarrollado múltiples proyectos secretos de
guerra biológica, entre los que han sobresalido:
1947- La CIA comenzó a
estudiar el Acido Lisérgico (LSD) para emplearlo como arma biológica contra
seres humanos. En 1960, el Equipo Asistente Principal de la Inteligencia del
Ejercito (ACSI), autorizó el empleo del LSD en Europa y en el Lejano Oriente,
para evaluar las reacciones en humanos. Ambos proyectos fueron codificados como
Tercera Oportunidad y Sombrero de Hongo,
respectivamente.
1953- La CIA inició el
Proyecto MK ULTRA, el cual se extendió durante once años de investigación,
siendo concebido para producir y probar drogas y microorganismos para controlar
la mente y modificar la conducta de los seres humanos, sin el consentimiento de
los mismos.
1965- La CIA y del
Departamento de Defensa comenzaron el Proyecto MK SEARCH, con el fin
de manipular la conducta humana a través
del uso de drogas psicodélicas.
1966- La CIA inició el
Proyecto MK OFTEN, dirigido a probar los efectos toxicológicos de
ciertas drogas
en los humanos y los animales.
1966- El Pentágono hizo
quebrar varias ampollas con la bacteria Bacillus Subtilis en las rejas de
ventilación del metro de Nueva York, exponiendo a más de un millón de
civiles de forma
deliberada.
1967- La CIA y el
Departamento de Defensa implementaron el Proyecto MK NAOMI, sucesor del MK
ULTRA, diseñado para mantener, reservar y probar las armas biológicas y
químicas.
1970- La División de
Operaciones Especiales en el Fuerte Detrick, desarrolló técnicas de biología
molecular para producir retrovirus. (VIH).
1970- La CIA y el
Pentágono desarrollaron "armas étnicas", diseñadas para eliminar grupos étnicos
específicos, susceptibles por sus diferencias genéticas y las variaciones en el
ADN.
1977- Audiencias del
Senado, en la Comisión Investigación Científica y de Salud, confirmaron la
contaminación deliberada por parte del Pentágono y la CIA de 239
poblaciones con
agentes biológicos, entre 1949 y 1969, fundamentalmente en San Francisco,
Washington, D.C., Centro-Oeste de EE.UU., Ciudad de Panamá, Minneapolis y St.
Louis.
1987- El Departamento de
Defensa admitió la investigación y el desarrollo de agentes biológicos en 127
laboratorios y universidades alrededor de EE UU.
1990- Aplicación en Los
Ángeles a más de 1500 bebes negros
e hispanos, de seis meses de edad, de una vacuna "experimental" del sarampión,
no autorizada por la CDC.
1994- Se descubrió,
mediante una técnica llamada "rastreador de genes", por parte del Dr. Garth
Nicolson, científico del Centro del
Cáncer MD Anderson de Houston, que los soldados la Tormenta del Desierto fueron
infectados con una cadena alterada de Micoplasma Incognitus, una bacteria
normalmente utilizada en la producción de armas biológicas, la cual contiene un
40 por ciento de la proteína del virus del SIDA. Luego, en 1996, se
admitiría que cerca de 20 000 soldados
fueron afectados.
1995- El Gobierno
americano admitió que había ofrecido a los criminales de guerra y científicos
japoneses sueldos e inmunidad de prosecución a cambio de los datos de sus
investigaciones sobre guerra
biológica.
1995- El Dr. Garth
Nicolson reveló evidencia de que los agentes biológicos usados durante
la Guerra
del Golfo habían sido manufacturados en Houston, (Texas) y Boca Ratón,
(Florida)
y probados en prisioneros en el Departamento Correccional de
Texas.
1996- El Departamento de
Defensa admitió que soldados de la Tormenta de Desierto fueron expuestos a
agentes químicos, lo que condujo a que 88 miembros del Congreso firmaran una
carta, un año después, exigiendo
una investigación sobre el uso de armas biológicas la Guerra del
Golfo.
AGRESIONES BIOLOGICAS
CONTRA CUBA
La Operación
Mangosta de la CIA había concebido
en su tarea número 33, luego del fracaso de Playa Girón, el uso criminal de la
guerra biológica contra Cuba, estrenada con la introducción del virus
patógeno New
Castle.
Años después, en 1978, la CIA introdujo
en la Isla la epifitia Roya de la
Caña, afectando las áreas cañeras del país.
La CIA también introdujo
la Fiebre Porcina Africana, aparecida inicialmente en 1971 y que obligó a
sacrificar más de 700 cerdos, y que reapareció entre 1979 y 1980. En
el caso del Moho Azul del tabaco, introducido a
Cuba dentro de la tela de tapado de los cultivos importados de Estados Unidos,
destruyendo más del 85% de las plantaciones de esa planta. La consecuencia fue
que Cuba no pudo exportar uno de sus principales
reglones.
La acción más condenable
de la guerra biológica contra Cuba fue la introducción del virus del Dengue
Hemorrágico en 1981, ocasionando la muerte a 158 cubanos, de ellos 61
niños. Ese
mismo año, la CIA introdujo el virus de la Conjuntivitis Hemorrágica y, poco
después, la Seudodermatosis Nodular Bovina, cuyo agente etiológico fue aislado
en el laboratorio de Camp Ferry, en New York.
Cuba también fue agredida
con la epifitia exótica Sigatoca Negra, con afectación en la masa
ganadera y, en 1994, la CIA introdujo la exótica
Hemorragia Viral del conejo. Dos años después, en 1996, nuevamente la
Agencia la Varroasis y el Thrips
Palmi, afectando a la actividad de obtención de miel de abeja, en el primer
caso, y a las producciones de
frijol, la papa, pimiento y otros
cultivos, en el segundo caso.
CONCLUSIONES
Poco hay que comentar
sobre las aseveraciones del Comandante Hugo Chávez sobre lo sospechoso del
padecimiento cancerígeno en varios mandatarios y personalidades
latinoamericanas
y a su sospecha de que EE UU pudiera ser el
responsable.
La señora Victoria
Nuland, portavoz del Departamento de Estado, funcionaria de bajo rango de la
administración Obama, apenas si pudo usar argumentos para desmentir esa
posibilidad. La CIA y el Pentágono, mientras tanto, conocen la
verdad.
Quien asesinó niños
inocentes mediante la introducción del Dengue Hemorrágico en Cuba, carece de
escrúpulos y de piedad. Sin lugar a dudas, algún día esta sospecha se
convertirá
en verdad, para vergüenza de Estados Unidos y sus
gobernantes.

saguete@gmail.com

1 comentario:

  1. Los estados unidos usa practicas de exterminio de la humanidad Democratica y cristiana por mantener su estao de cosas materiales, dirigidos por gobernantes integrantes de logias demoniacas que segun ellos son eternos LA JERARQUIAS DIVINAS LOS JUSGARAN atraves d maestors de LUZ, usa pagara mucho KARMA, internamente en usa hay HERMANOS trabajando para la pz mundial,Adelante hnos. detengan la destruccion que los estados unidos quieren hacer a la humanidad QUE TODOS LOS SERES SEAN FELICES Y EN PAZ. PAZ INVERENCIAL.

    ResponderEliminar