martes, 5 de junio de 2012
Leyendo y releyendo: ''AUNQUE EL IMPERIO SE VISTA DE SEDA'',
de Luis Brito García, este nos conduce a un diagnóstico y análisis profundo de
una realidad innegable de lo que significa el '' Capitalismo
Salvaje'', para parafrasear a Juan Pablo II; así serían las largas
reflexiones de este, dentro de las laberínticas y majestuosas
estructuras del Estado del Vaticano, y a pesar de sus grandes
limitaciones de los altos intereses de la Iglesia, lanzó ese SOS, que
en honor a la verdad, puso su granito de arena para el despertar de
los pueblos subyugados y excluídos por un sistema diabólico e
infernal, que nos lleva rumbo al apocalipsis final, y no precisamente
para reafirmar las tantas profecías sobre el fin del mundo, cuando a
Dios se le ocurriera mover el dedo índice para destruir todo lo que el
construyó, según los divinos preceptos registrados en la historia
bíblica y del cual muchas religiones y predestinadores se han hecho
eco, utilizando sus teóricas prácticas de guiadores espirituales de la
humanidad, o también para atemorizar o infundir creencias más allá de
la realidad de la verdaderas doctrinas de quienes fueron verdaderos
filósofos en las predicaciones de la verdad y la justicia social,
ejemplo, ( Jesús de Nazaret) para que la humanidad conviviera en sana
paz y fuera una unidad social y psicológica capaz de asumir sus
deberes, derechos y responsabilidades a conciencia, sin que la
humanidad pudiera ser objeto de manipulaciones divinas, culturales,
sociales, ideológicas, invenciones de los hombres reyes o monarcas,
imperiales o no, a través del curso de la historia universal.
Tal cual como ha venido sucediendo en los últimos siglos, hasta
nuestros días con quienes sin duda alguna han recibido la herencia de
sus antepasados acostumbrados a usurpar las libertades y en
autoeregirse en los representantes de Dios en la tierra para aplastar
las ideas de libre albedrio y seguir manipulando el mundo.
Luis Brito García en su escrito de balcones o ventanas abiertas, para
divisar el horizonte desde puntos de vista muy llamados a la reflexión
acerca del acontecer mundial, con un sobresaliente enfoque sobre la
''ECOLOGÍA''.
Comienza su análisis con altos contenidos reflexivos dignos de
percibir, sin que nos aten las pasiones y los fanatismos ideológicos y
religiosos, como suele ocurrirnos cuando de posiciones políticas
tratamos, pues no, el escrito está impregnado de raices sostenedoras
de altos grados de conciencia, producto de la savia y el fruto, por
quien, y quienes, priorizan concatenando la naturaleza como un todo,
sus leyes, el pensamiento lógico, en la búsqueda de una dialéctica de
la realidad. Estas líneas a manera de preámbulo para comentar las
bondades que inserta este intelectual de las letras, polifacético por
cierto, que ha venido insistentemente haciendo honor, al papel
preponderante y enaltecedor del escritor, como factor fundamental para
ayudar a clarificar las ideas y preceptos que deben guiar a la
sociedad, sin que prevalezca la pasión y el fanatismo desbordado, que
obnubilan la razón, y de esto tenemos vastos ejemplos de muchos, que
se hacen llamar ''intelectuales o escritores'' y no son más, que
politiqueros dedicados al mercado de la mentira bajo tarifas
distorsionadoras de la conciencia, para tratar de someter a engaño a
sus segmentos seguidores empedernidos del poder mediático que los
sustenta.
Apunta LUIS BRITO GARCÍA: Si algo nos enseña la Teoría General de los
Sistemas, es que todos los elementos de un sistema interactúan entre
sí. No hay mejora ecológica sin mejora política. Refiere, que EE.UU.,
con no más del 4% de la población mundial, devora el 25% de la energía
fósil del planeta, siendo el mayor emisor de gases contaminantes.
Prosigue, Luis Brito, al destacar la negativa de EE.UU. y Canadá, a
suscribir el Protoclo de Kioto, demostrando con ello, que en nada
contribuyen a la preservación ecológica, demostrando que semejantes
decisiones no son ecológicas sino políticas, no importándoles nada el
destino del mundo, que se ahoga en los contaminantes de los cuales
estos son principales protagonistas, ya sabemos de sus negativas en
las distintas cumbres a suscribir acuerdos para disminuir los efectos
de los gases invernadero.
Luis Brito, como patriota cabal, lo viene demostrando en sus
múltiples actividades intelectuales y su praxis, para defender a la
Venezuela, que viene reivindicando y enalteciendo la doctrina del
Libertador y los héroes de nuestra gesta emancipadora, es un camino
expedito, es lo que el pueblo en esencia, viene acometiendo, desde el
mismo momento en que decidió dejar en el registro y archivo muerto de
la historia, a 22 constituciones engendro preciso en contra de los
ideales bolivarianos, que dieron nacimiento a la República de 1830,
desde entonces hasta 1998, esas leyes supremas, fueron elaboradas por
las oligarquias nacionales y transnacionales, rémoras propias y
herencia de la Colonia y posteriores influencias imperiales, cuyos
protagonistas, lo fueron los caudillos militares, civiles, religiosos
como apéndices de esos poderes colonialistas que mantuvieron congelado
el pensamiento bolivariano.
Interpretamos el escrito de Luis Brito García, con altos contenidos
patrios, pues como se viene difundiendo por el mundo, la Venezuela
Bolivariana, ha venido enarbolando el pensamiento archivado por
quienes han sido enemigos de cambios o transformaciones en beneficio
de las mayorias, esto es innegable, y quien haya leído la historia
patria y la historia universal, y analice desprejuiciadamente sus
contenidos, concluirá, que la independencia, la soberanía, la
libertad, la justicia social, la igualdad y las vías para una justa
distribución de la riqueza, quedó plasmada en doctrinas de grandes
hombres, que lucharon y rindieron sus vidas por preceptos de la
igualdad entre los hombres, tanto políticos como religiosos, para
resaltar que estas corrientes se remontan a sociedades milenarias.
Entonces no nos extraña, que una vez más este escritor haga sus
aportes a la humanidad, desde esta patria cuna del hombre universal de
finales del siglo XVIII y cuyas hazañas más sobresalientes realizó en
las primeras décadas del siglo XIX, y que un lider nacido a mediados
del pasado siglo y comienzos de este, haya podido aglutinar a las
mayorias alrededor de los postulados dejados por Simón Bolívar, así,
quienes adversan a Hugo R. Chávez F., le indilguen todos los epítetos
negativos, le auguren la muerte, lo amenacen y falten el respeto a su
investidura; pero la historia le registrará por su liderazgo capaz de
parir una Constitución en armonia con el pueblo, que decidió respaldar
su proyecto de ''Simón Bolívar'', para proyectar la refundación de la
República y establecer los vínculos con la América que soñó el
Libertador, permitiendo además una visión universal, que ha ido
innovando en otras latitudes, aunque sus enemigos políticos
obnubilados por los extremos del egoísmo y el fanatismo de la sin
razón, nieguen los méritos que ya están en la historia del acontecer
nacional e internacional.
En este sentido, entendemos, es que el compatriota Luis Brito García,
inserta este importante escrito, que asumimos como un documento
analítico del acontecer político ideológico, social, cultural, ético,
moral, y su obligatoria relación con la ''ECOLOGÍA'', y todo vestigio
de vida en el planeta, las amenzas desbocadas del grupito minoritario
1%, que se arroga el derecho de gobernar el mundo, puede provocar el
fin de este o darle valor al Apocalípsis de las profecias, que los
profetas han lanzado en diversas épocas.
Lo demás es hartamente conocido, nadie ignora la guerra, la
tecnología del mal propiciada por estos supermanes y los daños que han
ido ocasionando a la humanidad y se siguen perfilando como amenazas
constantes.
La advertencia o análisis de Brito García, apuntala otros tantos que
hombres y mujeres de bien vienen haciendo como llamados a la
conciencia y al despertar de los pueblos cuyas mayorias saben de este
peligro, aunque concientes de la paz, y alejados de la violencia y de
las armas de destrucción masiva cuyos promotores son precisamente
quienes desean gobernar el planeta y el más allá.
Leí por cierto en el ''Diario Vea'' de hoy domingo, 3 de junio, que
reseña la noticia desde Virginia, con el reporte de la corresponsal
Andrea Arenas, de TELESUR, sobre las protestas en las afueras del
Hotel Marriot, donde se reunían las 145 personas más '' influyentes
del mundo'', es decir nada más y nada menos, que el famoso CLUB DE
BILDERBERG, fundado en secreto en la década del 50, y que hoy ya
aparece en INTERNET, ahí están los ''poderosos del mundo'', es decir
los que tienen los planes como gobernar el planeta tierra, el espacio
y todo lo que puedan, según los estudiosos y seguidores de los pasos
de esta gente, planean un solo ejército, una sola religión, un solo
modelo económico, y en materia de salud y supervivencia humana, se
tendrán que eliminar unos cuantos miles de millones de estómagos
inservibles, es decir harán una nueva sociedad a imagen y semejanza de
sus sicopáticos criterios, serían los nuevos dioses de un nuevo mundo.
De manera que entendemos que los países, mayoria de la ONU, 187,
deberán despertar y echar un parao a quienes son minoría y se creen
dueños del universo porque ostentan el poder económico, las armas y en
sus mentes demoniacas los deseos de ser los únicos.
En este sentido Todo escrito que llame a la reflexión como el que
estamos comentando, es una alertar y un llamado a tanto incauto,
ignorante o simplemente a aquellos que defienden ciegamente un sistema
capitalista, neoliberal, facista, que están alienados a viejas
ideologías políticas, que se venden ante la gente o sus seguidores
como el sistema del confort, del consumismo y hasta convence a muchos
clase media, y trabajadores, jubilados y hasta pensionados,
beneficiados por la Revolución como nunca, de que el pensar en las
riquezas materiales es la panacea de la felicidad, cuántos
compatriotas, que sólamente tienen en sus cabezas metido el virus de
la riqueza fácil, el de aliarse a los poderosos buscando una hendija,
para penetrar, pero no se dan cuenta que nunca llegarán a la cúspide
máxima del triángulo de las clases sociales, pero sus mentes siguen
viajando en nidos de fortunas, que solo son producto de la ficción
creada por la Industria cultural (medios de comunicación o poder
mediático manipulador de contenidos) para la falsa conciencia.
Todo material que contenga estos análisis, es digno de difundirlo a
los cuatro vientos, es decir utilizar los medios de difusión al
alcance para que sus contenidos lleguen a densos segmentos de la
población y puedan percibir y defender las causas humanitarias y
sociales y no caer en la trampa del individualismo egoísta y malsano.
Es posible, que los subyugados por la cultura del capital, puedan
entrar en razón, si analizan en profundidad la historia y los diversos
sistemas de gobierno, pero desvestidos de perjuicios y prejuicios,
como suele ocurrir.
Para reflexionar sin elementos coercitivos
SAGUETE 3-6-12
El 03/06/12, Luis Britto <luisbritto@cantv.net> escribió:
Luis Britto García
AUNQUE EL IMPERIALISMO SE VISTA DE SEDA
1
El problema de la ecología no es sólo ecológico. Si algo nos enseña la
Teoría General de los Sistemas, es que todos los elementos de un sistema
interactúan entre sí. La ecología no es un mero problema de gases, fluidos
y
especies: es un problema de la acción coercitiva de los cuerpos políticos
sobre el medio humano que a su vez opera sobre el medio ambiente. No hay
mejora ecológica sin mejora política.
2
La acción humana sobre la Ecología parece regida hasta el presente por una
lógica matemática que es a la vez paradigma cultural, el de la Teoría de
los
Juegos. Una variante de ésta se ocupa de los llamados Juegos Suma Cero, en
los cuales la ganancia de una parte se hace a costa de la pérdida de las
otras, sistematizados por Oskar Morgenstein y John von Neuman en 1944 en su
libro The Theory of Games and Economic Behavior (Heims, Steve J.: J. von
Neuman y N. Wiener (1 y 2); Salvat Editores, Barcelona 1986). En el modelo
matemático del capitalismo, una de las tres fuerzas productivas, el
Capital,
se alimenta de la explotación y el desgaste de las restantes: la Naturaleza
y el Trabajo, y desplaza hacia éstas todas las consecuencias nefastas del
proceso productivo. El capital de las grandes potencias logra tales
objetivos en estrecha complicidad con el Estado, al tiempo que pretende
que
los Estados de los países periféricos se abstengan de toda intervención
económica.
3
Así, el gran capital, mientras se coliga con el poder público del Estado,
intenta desplazar la gestión de las restantes fuerzas de producción hacia
la esfera de lo privado. Por ello pretende que la defensa del Trabajo esté
esencialmente en manos de asociaciones privadas, como los sindicatos; y
postula que la gestión de la Naturaleza debe depender también esencialmente
de entes privados: las grandes empresas transnacionales, las minorías
étnicas, y las Organizaciones No Gubernamentales Ecológicas, con gran
frecuencia financiadas por las primeras. La llamada Green Economy, a pesar
de algunas de sus postulaciones sensatas, predica que la naturaleza debe
ser
sometida al juego de un mercado que a su vez está dominado por el gran
Capital. Como bien denuncia el “Grupo de articulación internacional de la
Cumbre de los Pueblos por Justicia Social y Ambiental” en su manifiesto de
12 de mayo de 2012 en Río de Janeiro: “El fallido modelo económico, ahora
disfrazado de verde, pretende someter todos los ciclos vitales de la
naturaleza a las reglas del mercado y al dominio de la tecnología, la
privatización y mercantilización de la naturaleza y sus funciones, así como
de los conocimientos tradicionales, aumentando los mercados financieros
especulativos a través de mercados de carbono, de servicios ambientales, de
compensaciones por biodiversidad y el mecanismo REDD+ (Reducción de
emisiones por deforestación evitada y degradación de bosques)”.
4
Examinemos el comportamiento de esta alianza entre Capital y Estado en el
primer actor ecológico del mundo. Estados Unidos cuenta no más del 4% de la
población mundial, devora 25% de la energía fósil del planeta y es el
mayor
emisor de gases contaminantes. El Project New American Century postula que
dicho país debe aprovechar sus ventajas acumuladas para continuar siendo la
potencia hegemónica del siglo XXI, para lo cual debe seguir un plan de
incremento de su poderío militar a fin de no comprometer el nivel de vida
de su población (http://www. Newamericancentury). La Estrategia de
Seguridad
Nacional de Estados Unidos postula el uso sistemático de la fuerza incluso
en ataques “preventivos”, con o sin el apoyo de la comunidad internacional
(Bush, George: “The National Security Strategy of the United States of
America”, Washington, 17-9- 2002, www.whitehouse.gov/nsc//.html). No por
casualidad la potencia norteña gasta por sí sola en armamentos más que el
conjunto de los otros países. Paralelamente, el Plan de Guerra de Bill
Clinton proponía con respecto a América Latina una reconquista política,
militar y económica mediante el ALCA, especie de Tratado de Libre Comercio
continental que pretendía prohibir medidas proteccionistas del ambiente, y
la apropiación de la Amazonia (Dieterich, Heinz: La integración militar del
Bloque de Poder Latinoamericano, Instituto Municipal de Publicaciones,
Caracas 2004, 49). En orden ejecutiva de 16 de marzo de 2012, el presidente
Barack Obama declara materias atinentes a la seguridad nacional lo relativo
a la energía, los recursos hídricos, los alimentos, la producción
agrícola,
el trabajo y todo tipo de tecnologías y suministros, incluidos materiales
de
construcción; y se atribuye competencias y facultades para mantener la
provisión adecuada de ellos para los requerimientos de la Defensa Nacional
(www.whitehouse.gov/nsc//.html). La mayor potencia militar del mundo
pretende asegurarse la ilimitada disposición de la Naturaleza del planeta
mediante el poder estatal y la agresión ilimitada.
5
A partir de estas premisas, se entiende que conductas como la negativa
conjunta de Estados Unidos y Canadá a suscribir el protocolo de Kyoto no
son
decisiones ecológicas, sino políticas. A ambos Estados les importa un
comino
que el mundo se ahogue en gases de invernadero, mientras sus ciudadanos
puedan disfrutar de una sociedad de consumo fundada en el derroche de
combustible en automóviles individuales. Igual política anima a las demás
potencias que suscriben el Protocolo, pero limitan la reducción de sus
emisiones mediante “acuerdos de flexibilización”. Si los principales
contaminadores del mundo se niegan a reducir sus emisiones, ¿quién deberá
hacerlo? Se impone tal obligación a los países emergentes, a fin de que sus
economías no puedan competir con las hegemónicas.
6
Para desplazar la responsabilidad por la pureza de la atmósfera a los
países
que menos la contaminan, los 190 países reunidos a fin de 2008 en la
conferencia sobre el clima en Poznan prometen la creación de un “cofre
dorado” de créditos de carbono, para que comunidades rurales pobres reciban
subsidios como guardianas de tierras y bosques. En dicha conferencia se
acordó asimismo un esquema de pagos por la preservación de bosques,
llamado
Iniciativa de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD,
en inglés). Según él, los países más ricos se comprometerían a compensar la
contaminación ambiental que generan, pagando por mantener y reforestar
selvas tropicales. En dicho fondo se incluyen catorce naciones, cinco de
ellas de América Latina: Bolivia, Costa Rica, Guyana, México y Panamá
(Kaldrmakis, de Posmas, Sofía: “Mercadeando el carbono”, Panorama de las
Américas, Panamá, febrero 2009, 130). Dichos aportes, obviamente, no se
entregan sin condiciones: éstas pueden comprender restricciones para el uso
por cada país de sus bosques tropicales, o derechos sobre la biodiversidad,
los cauces hídricos y otros bienes naturales. Además, harían depender la
preservación de los bosques de la eventual fijación de un “precio
internacional por las emisiones de carbono”, todavía no acordado, sujeto a
fluctuaciones mercantiles y a complejas mediciones. Obsérvese por otra
parte
que los créditos aparentemente serían otorgados a “comunidades rurales
pobres” y no a los Estados que representan la totalidad del país: la
responsabilidad por la preservación de los recursos naturales se
desplazaría
así, no a los Estados del Tercer Mundo, sino a grupos sociales específicos
dentro de ellos. Sería preferible que los países que poseen bosques
tropicales gerenciaran por sí mismos sus propias políticas de conservación.
La protección de los bosques como compensación por las emisiones de gases
de
efecto invernadero es, por otra parte, una cuestión compleja, que involucra
infinidad de aspectos biológicos, sociales, económicos, políticos y
culturales, y que no debería depender de un mero sistema de mercado
(www.carbonfinance.org). El presidente de Ecuador Rafael Correa rechazó en
2010 un acuerdo de tal naturaleza, por considerar que sus cláusulas eran
deprimentes y contrarias a la soberanía de su país.
7
El agua es vida: privatizarla es privatizar la existencia. El Capital
avanza
una campaña mundial por la apropiación de las aguas y de los servicios de
acueductos. Algunas organizaciones no gubernamentales han librado gloriosas
batallas por preservar el derecho humano al vital líquido, tales como la
Guerra del Agua de Cochabamba. Pero quienes en definitiva han recuperado el
control de aguas y acueductos en Venezuela, Bolivia, Argentina, Ecuador y
otros países han sido los Estados, al prohibir la privatización de las
fuentes de dicho líquido y renacionalizar acueductos.
8
El capital se concentra en un número cada vez menor de manos: los alimentos
también. Una docena de transnacionales y 36 filiales interconectadas
dominan
su producción y mercadeo mundial. Integran el cartel Anglo-Holandés-Suizo:
doce de ellas están asociadas al cartel de Windsor, de la casa reinante
inglesa; las demás en su mayoría están vinculadas a otras cinco casas
reales. Apenas dos, Continental y Cargill, controlan más de la mitad de la
producción de granos global. Este colosal oligopolio domina el 95% de la
producción alimenticia de Estados Unidos, Europa, los países del
Commonwealth y Latinoamérica, especialmente Argentina y Brasil, y de sus
cosechas dependen cinco mil millones de personas. En el resto del mundo ha
deprimido la producción de alimentos incoando la eliminación de políticas
proteccionistas y subsidios, la suspensión de financiamientos y grandes
proyectos agrícolas, el dumping y el dominio sobre semillas y
fertilizantes
(Jerónimo Guerra: “La escasez y el desabastecimiento como armas de
destrucción masiva”; Rebelión, 24-02-2008). Este sistema presupone el
monocultivo, que a su vez impone el latifundio, la expulsión masiva de
campesinos y la producción de alimentos para la exportación y la
especulación, y no para satisfacer las necesidades de la población del país
donde se produce. También trae consigo el cultivo de especies genéticamente
alteradas y estériles, y a veces desvía los vegetales del consumo humano
para destinarlos a la producción de biocombustibles y de alimentos para el
ganado. Este modelo elimina la diversidad biológica, destruye la base
social
y en fin agota la tierra. Lo han hecho posible las enormes presiones
políticas y financieras sobre los Estados débiles que no aplican su
soberanía para la eliminación del latifundio ni para la protección de la
agricultura local y de sus ciudadanos. Movimientos como el de los Sin
Tierra
de Brasil avanzan luchas cotidianas contra estos procesos; pero sin apoyo
del Estado difícilmente lograrán la victoria. Sin medidas políticas de
restricción del poderío de las transnacionales y de protección de las
agriculturas locales y de los campesinos no habrá cambios en esta
situación.
Sin mejora en la política de la propiedad de la tierra no hay mejoría en el
problema del hambre.
9
Los ejemplos podrían multiplicarse al infinito. En general, los poderes
económicos y políticos de los países hegemónicos propulsan un modelo de
gestión que exige: 1) Privatización de la naturaleza 2) Privatización de
los
recursos, incluidos los del subsuelo 3) Transferencia del poder de
decisión
de los Estados periféricos sobre sus recursos hacia transnacionales,
organizaciones no gubernamentales o minorías étnicas 4) Apropiación
monopólica de la tierra cultivable 5) Control sobre la reproducción de la
vida a través de semillas y organismos genéticamente modificados,
clonación y el registro de patentes sobre seres vivientes 6) Freno del
desarrollo en los países emergentes y periféricos, en aras del ilimitado
consumo de recursos por los países hegemónicos 7) Desplazamiento o
tercerización de los efectos nocivos de la contaminación de los países
hegemónicos hacia las periferias. 8) Derecho al uso ilimitado de la fuerza
por los imperios para defender sus pretensiones sobre la Naturaleza 9)
Maquillaje de todas estas acciones como políticas de defensa de las
víctimas
y del planeta. Nunca fue más repulsivo el retrato de Dorian Grey que cuando
añadió la hipocresía a sus demás perversiones. Ninguna de estas fatales
iniciativas puede ser revertida sin acciones políticas. No habrá revolución
ecológica sin Revolución.
10
Según señalamos, la lógica de estas operaciones destructivas corresponde a
la estrategia de los llamados juegos Suma Cero, en los cuales la ganancia
de
uno equivale a la pérdida de otro. Su lógica ha permeado toda la cultura,
desde la simplificación del evolucionismo al darwinismo social y a la
idolatría del libre mercado como supuesta sede de la libre competencia, y a
la prédica postmoderna de la muerte de la Ética, de la Política y de la
Historia. La conciencia de la finitud del mundo debe llevarnos a aplicar
los
juegos cooperativos, examinados por John Forbes Nash en 1951 en su artículo
Non-Cooperative Games (The Annals of Mathematics 54(2):286-295). Si la
perpetuación de un juego suma cero lleva al estancamiento o la destrucción
mutua, los competidores pueden mejorar su estrategia haciéndolo
cooperativo.
De hecho, la Sociobiología demuestra que la vida, lejos de ser sólo un
juego
suma cero de competencia y mutua destrucción, es también un conjunto de
juegos cooperativos, que rigen la agregación de células en los seres
complejos, la reproducción y el apoyo mutuo en los animales sociales
(Wilson, Edward O.: Sociobiology, the new synthesis; The Belknap Press of
Harvard University Press, Harvard, 1976). De los juegos cooperativos nacen
las sociedades humanas y la civilización. Pero un paradigma cultural no se
impone por el mero hecho de ser expuesto. Para implantarlo se requiere una
acción social que impulse una decisión política. Las fuerzas de la vida,
que
componen la Naturaleza y el Trabajo, deben imponerse a la abstracción
muerta
y la lógica mortífera del Capital. Sin Revolución en la vida no se
detendrá la muerte.
(FOTO/TEXTO: Luis Britto)
saguete@gmail.com
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